Transplantar bien (paso a paso)

Entonces ha llegado tu planta a casa y te preguntas ¿qué hacer con ella, cómo dejarla lista para vivir cómodamente, cómo transplantarla sin sufrimientos?

Si es tu caso, sigue leyendo

Primeras consideraciones

  • Como la planta no puede moverse por sí misma debemos ayudarle a encontrar el mejor sitio en casa, de acuerdo a sus necesidades específicas. No dejes que prime la estética sobre la naturaleza, porque tu planta se desarrollará feliz si cumple las condiciones naturales de su especie.
  • Las plantas dependen de su medio ambiente, por eso intenta que el sitio donde la has colocado desde un principio sea en el que permanezca
  • La planta ha vivido bajo ciertas condiciones de luz y temperatura antes de llegar a tus manos. Para que se adapte a las nuevas condiciones, debes darle tiempo de aclimatarse antes de transplantarla a su tiesto definitivo. Piensa en dos semanas.
  • Cada planta tiene unos requerimientos específicos de luz, tipo de sustrato y alimentación. Puedes consultar las necesidades particulares aquí.

Preparar el nuevo tiesto

El tamaño de la maceta permite o limita el crecimiento de la planta. Por eso es fundamental que si vas a transplantar consigas un tiesto sensiblemente mayor y más profundo que el anterior (a menos que busques limitar el tamaño de la planta). De este modo podrá desarrollarse y obtener mejor sustrato y nutrientes esenciales.

Extraer la planta de su tiesto anterior

Tomar la planta con una ligera inclinación y sacarla lentamente de su contenedor teniendo cuidado de no romper las raíces. Ayuda apretar ligeramente la maceta por los lados para conseguir que la suelte sin problemas. En ocasiones hace falta cortar la maceta de plástico originaria si las raíces han crecido demasiado y se han enredado en los orificios de drenaje.

Preparar la tierra

El sustrato es la casa de tu planta y así debe ser perfecta. Ésta le provee nutrientes, humedad y estructura, pues su desarrollo depende de ella. Empezamos por hacer una primera capa de tierra al fondo (hacia ella crecerán las raíces). A continuación y guiándonos por la altura de la planta, la disponemos en su interior, centrada, sin presionar las raíces y rellenamos con cuidado por los lados que ha abierto la circunferencia hasta equiparar con el comienzo del cepellón. 

Ajustes complementarios

Presionamos ligeramente con los dedos sobre la tierra para dar forma a la estructura general de la planta. 

Limpiamos la tierra restante, para evitar que el tiesto de ensucie y regamos generosamente. 

Otras consideraciones

Cuida que la nueva maceta provea de salida de agua a tu planta. Es decir, que cuente con orificios de drenaje para evitar encharcamientos y pudrición de raíces. Al mismo tiempo, colocar un plato de escurrimiento con gravilla o piedras debajo del tiesto puede ser de gran ayuda. 

Si la planta requiere humedad constante puedes ayudarle manteniendo húmeda la zona del plato con grava. 

Más que decir

Para que tus plantas sobrevivan al cambio es fundamental regarlas bien tras ser transplantadas. 

La nueva tierra proverá de nutrientes suficientes por los próximos dos o tres meses, así que no deberías colocarle nada extra. De hecho, pasarse con el abono supone un riesgo de quemadura para las raíces.