Flores, flores, flores

No podemos pensar en algo más simple que guste a todos que un buen ramo de flores frescas

Las relaciones entre nuestras emociones y las flores se han fraguado hace cientos de años. En la actualidad acompañamos nuestras emociones con flores para que nos ayuden a expresar sentimientos y deseos. Sólo hay que fijarse en qué momentos elegimos regalar flores: celebraciones, bodas, aniversarios, nacimientos, pero también algún rompimiento o partida. Las flores se han convertido en extensiones de nuestras palabras y actos, pero ¿de dónde nos viene este lazo natural?

La figura de las flores y sus relaciones con las emociones están contenidas en los  relatos de las antiguas civilizaciones. Desde el Imperio Romano hasta Egipto y China, las flores no solo han sido parte de la narrativa propia sino activos de expresión para las artes en general. En la Grecia antigua las flores representaban atributos de los dioses. 

La inspiración que de ellas proviene ha quedado marcada en distintas épocas de la imaginería pictórica.

En verdad no es difícil suponer la razón que ha fundado nuestro aprecio por las flores: son bellas, delicadas, fragantes… ¡vibrantes notas de la naturaleza! Si a eso aunamos la facilidad de simbolización que tenemos como especie, el río fluye sin problemas hacia la significación de la naturaleza. 

 

flores, tulipanes
flores, margaritas